En la Clínica dental Parc del Nord somos especialistas en tratamientos de Endodoncia
En la Clínica dentista Parc del Nord aplicamos tratamientos de Endodoncia. Popularmente conocida como «matar el nervio«, la endodoncia es imprescindible para eliminar la pulpa dental cuando se infecta.
La endodoncia es el tratamiento que utilizan los odontólogos para reparar y salvar un diente cuando está infectado por dentro. El término endodoncia proviene de “endo” que significa interior y “doncia”, en lo referente al diente.
Este tratamiento dental, necesario cuando la pulpa se inflama y se infecta, popularmente es conocido como “matar el nervio”. Es imprescindible eliminar la pulpa dental cuando se infecta porque la enfermedad pulpar produce una rápida destrucción del tejido del diente dañado.
La técnica tiene que ser ejecutada con mucha precisión por un odontólogo especialista en endodoncia (endodoncista) y permite conservar el diente natural.
En la Clínica Parc del Nord contamos con equipo médico especializado en llevar a cabo tratamientos de endodoncia.
Desde el Centre Parc del Nord trabajamos con el compromiso de conservar, siempre que sea posible, los dientes originales de nuestros pacientes. Por eso apostamos por tratamientos como la endodoncia.
Es un proceso que requiere ponerse en manos expertas. Durante el procedimiento, el endodoncista extirpa la pulpa dental dañada por la infección, limpia y desinfecta con mucho cuidado los conductos interiores y la sustituye por un material inerte y muy tolerado por los tejidos próximos a la raíz.
Con la obturación de la cavidad pulpar mediante esta masa resistente el diente quedará herméticamente sellado y protegido de posteriores infecciones.
Al final del proceso, el endodoncista validará su trabajo con una radiografía para comprobar el resultado definitivo. De esta forma podrá verificar que los conductos radiculares han sido bien rellenados y sellados.
La pulpa dental es un tejido blando con vasos sanguíneos y nervios que se encuentra en el interior de la corona y parte de la raíz del diente.
Para hacernos mejor una idea de donde está situada es la tercera capa interna. Primero está el esmalte, después la dentina y por debajo la pulpa.
Después de la restauración con un tratamiento de endodoncia, el diente rehabilitado puede seguir funcionando como cualquier otra pieza dental.
Hay que tener en cuenta que el tejido pulpar es importante durante el crecimiento y el desarrollo del diente. En cambio, cuando este diente está suficientemente maduro puede sobrevivir sin pulpa porque los conductos que lo rodean la continúan nutriendo.
La infección puede ser originada principalmente por caries profundas; también por procedimientos dentales repetitivos en el mismo diente o, incluso, por una grieta o fractura en la pieza dental que a veces pasa desapercibida.
Si la inflamación no recibe tratamiento rápido puede causar dolor y provocar un absceso. Una caries muy avanzada puede llegar a afectar el nervio del diente, cosa que provoca que este también acabe infectándose.
Además, la inflamación del área interna del diente (la pulpa) produce pulpitis, una afección que puede ser reversible (se restaura la pieza eliminando la caries) o irreversible (se tiene que matar el nervio y practicar una endodoncia porque el diente está muy afectado).
Los signos que habitualmente pueden hacer pensar en la necesidad de una endodoncia pueden ser: dolor, sensibilidad frecuente a bebidas calientes o frías, molestias con el tacto y la masticación, decoloración del diente y abultamiento.
Con un buen mantenimiento los dientes restaurados con una endodoncia se pueden conservar toda la vida.
Pero a veces, la pieza recuperada quizás no ha cicatrizado bien o vuelve a estar infectada por restos de bacterias de forma que reaparezca el dolor o la infección, meses o incluso años después de haberse efectuado el tratamiento.
En estos casos, el diente afectado puede volver a tener una segunda oportunidad con la reendodoncia.
El endodoncista, después de examinar la pieza mediante radiografías, puede volver a repetir el tratamiento de conductos eliminando el material de obturación, desinfectando y rellenando la cavidad pulpar con material inerte nuevo.
Hay que intentar no masticar o morder con el diente tratado hasta que se realice la restauración definitiva (empaste o reconstrucción).
Es importante acudir a revisiones periódicas al dentista para comprobar que sigue en buen estado pero el diente restaurado funcionará igual que el resto de piezas naturales.
La prioridad de los dentistas en la clínica es la de mantener, siempre que se pueda, los dientes naturales.
Cuando no hay posibilidades para practicar una endodoncia la alternativa es la extracción dentaria y la sustitución por un implante.
El tratamiento conservador está contraindicado por: una fractura insalvable del diente, imposibilidad de acceder a los conductos radiculares por calcificaciones o alteraciones o por carencia de densidad ósea para el apoyo del diente.
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