
28 Ago Conoce qué cinco malos hábitos pueden dañar los dientes, sin saberlo
Una correcta higiene bucodental, con una buena técnica diaria de cepillado y limpieza y las visitas periódicas al dentista son rutinas básicas para conservar unos dientes sanos. Pero, más allá de estas costumbres, hay ciertos hábitos erróneos que, sin darnos cuenta, pueden repercutir en nuestra dentadura. ¿Te muerdes las uñas?, ¿Te cepillas con presión los dientes?… A continuación te descubrimos desde el Centre Parc del Nord qué malas costumbres pueden dañar gradualmente tu salud dental.
¡Conócelas y evítalas!
1. Cepillarse fuerte los dientes. La limpieza dental no es tan sencilla como parece. No todo consiste en aplicar la pasta y mover el cepillo de un extremo al otro. Hay que tener cuidado y no frotar los dientes con mucha presión, ni en dirección horizontal, porque esto causa un desgaste del esmalte, retrae e irrita la encía y aumenta la sensibilidad dental.
La forma más correcta del cepillado es haciendo movimientos circulares, como si se tratara de un masaje suave. ¡Y recuerda que tienes que cambiar de cepillo cada tres meses, porque su efectividad disminuye con el uso!
2. Usar la boca como herramienta. Es un mal hábito, extremadamente de riesgo. ¿Alguna vez has abierto un envase de plástico, has intentado romper una nuez o has desenroscado tapones de botellas con la boca? Pues no es nada bueno. Si no lo sabías, te puedes fracturar dientes o provocar un desgaste del esmalte.
Tampoco es conveniente cortar film o cinta adhesiva con los dientes porque es fácil que te los dañes de manera accidental. Mejor utilizar siempre tijeras o abridores.
3. Morderse las uñas. Esta es una costumbre muy frecuente que puede erosionar con el tiempo los dientes y repercutir en la articulación de la mandíbula. Además, las bacterias que se esconden en las uñas pueden causar infecciones en la boca y también expandirse hasta el sistema digestivo.
4. Ponerse objetos duros en la boca. Existe también la tendencia entre niños y adultos de introducirse en la boca, por ansiedad o por descuido, un bolígrafo, un lápiz u otros objetos extraños y mordisquearlos. También es perjudicial, en los meses de calor, masticar cubitos de hielo o caramelos duros para combatir la sed. Estas rutinas, a pesar de que parecen inocentes, pueden dañar la boca, provocando fisuras o fracturas a los dientes o desplazándolas, o causar sobrecargas en la mandíbula.
5. Consumir alimentos ácidos. Chupar un trozo de limón puede parecer inofensivo, pero tiene sus consecuencias. Debes saber que la acidez del limón, el pomelo o el limón es muy corrosivo para el esmalte y puede provocar caries o sensibilidad dental. Recuerda que después de beber un zumo de fruta con vitamina C, tienes que enjuagarte la boca y esperar 30 minutos a limpiarte los dientes. Haz lo mismo con los refrescos carbonatados porque aportan grandes dosis de azúcar que dañan el esmalte y alimentan las bacterias.