
21 Jun La radiología dental: ¿qué opciones hay y para qué sirven?
El dentista, de la misma forma que cualquier médico, utiliza las radiografías para detectar posibles
problemas de salud dental que no puede ver a simple vista. Así, además de efectuar una exploración
clínica cuidadosa de la boca con instrumental, espejo y sonda, necesitará saber más detalles internos que
sólo tendrá a su alcance con las pruebas de diagnóstico por la imagen.
Conocer cuál es la profundidad de una caries, comprobar cuál es la posición de una muela del juicio o
revisar si está bien colocado un implante son algunos ejemplos de lo que consiguen las técnicas de
radiología en las clínicas dentales.
Las radiografías son una herramienta esencial para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades en el
sector de la odontología. Esta tecnología ha evolucionado mucho, desde que en 1896 apareció la primera
radiografía dental, captada por el dentista alemán Otto Walkhoff, hasta las imágenes digitales actuales. La
exposición a los rayos X está muy controlada y es segura, a pesar de que no es una técnica recomendada
para las mujeres embarazadas.
¿Qué tipos de radiografías son las más utilizadas?
El odontólogo dispone de herramientas de exploración para observar desde el detalle de un diente hasta la
panorámica de los dos arcos dentales completos. Existen varias modalidades de radiológica dental. Se
dividen en intraorales o extraorales en función de la patología o alteración que se quiera explorar. Pero
existen cuatro tipos de radiografías dentales que se suelen utilizar más en las clínicas:
1. Radiografía periapical. Es la principal herramienta de tipo intraoral para identificar casos de caries
interproximales (entre los dientes) o problemas en las raíces. Se realiza colocando una pequeña placa
dentro de la boca. La cantidad de radiación que se aplica es mínima.
2. Cefalometría o telerradiografía. Es la prueba tradicional para efectuar tratamientos de ortodoncia. Se
usa para efectuar los estudios previos y permite captar una imagen lateral del cráneo para obtener
información de las estructuras óseas. Los ortodoncistas ven necesario el uso de esta técnica para detectar
problemas de maloclusión derivados de una inadecuada formación de la mandíbula.
3. Ortopantomografía. También conocida como radiografía dental panorámica es el método de
exploración al que más recurren los odontólogos para conocer el estado general de la boca. De hecho, es
una prueba extraoral que a menudo se lleva a cabo en una primera visita en la clínica. El dentista puede
identificar patologías y anomalías en raíces de dientes que todavía no han erupcionado. En cambio, por
tratarse de una imagen en dos dimensiones no es suficiente para mostrar aspectos como el grosor del
hueso maxilar. Entonces se debe optar por un TAC dental.
4. TAC dental. Es la prueba de diagnóstico odontológico más completa que existe. Capta en imágenes
tridimensionales toda la boca del paciente. Con esta revolucionaria tecnología, el dentista puede navegar
desde el ordenador a través de todos los tejidos, huesos y dientes con detalles extraordinariamente
concretos. Puede observar puntos determinados de la anatomía de la boca para diagnosticar patologías
como, por ejemplo, tumores.